Escultura de Salomón ibn Gabirol en Málaga.
Foto cedida por Mariano Gómez Aranda
¿Qué es la AEEHJ?
Somos la Asociación Española de Estudios Hebreos y Judíos, una asociación sin ánimo de lucro de ámbito nacional que tiene como objetivo organizar reuniones científicas que potencien la investigación y el desarrollo de la enseñanza en el campo de los estudios hebreos y judíos.
La Asociación rechaza cualquier forma de discriminación basada en el género, origen étnico y nacional, color de piel, orientación sexual, religión, edad, discapacidad o estatus familiar.
Miguel Pérez Fernández
7 de septiembre de 1938 – 24 de septiembre de
2024, San Pedro del Pinatar), falleció en su pueblo natal, unas semanas después de cumplir 86 años. Con profunda tristeza, la comunidad de hebraístas y biblistas recibía la noticia de su muerte. De inmediato se intercambiaron y multiplicaron los mensajes cargados de cariño, evocando al maestro, al colega y al amigo. Mensajes que llegaban de más allá de España (Israel, Austria…). Se recordaba al sabio y su trascendencia académica, pero sobre todo, a la persona, su gran valor humano. Miguel fue siempre un hombre generoso, de buen carácter, dispuesto a escuchar y dar. Casi todos los recuerdos sobre Miguel se acompañaban de sonrisas y añoranzas afectuosas, a pesar del sentimiento de pérdida.
Desde su infancia, junto al Mar Menor, destacó en los estudios y por ello se le procuró la mejor formación posible. Una formación que se caracterizó por su interdisciplinariedad. Estudió en Murcia, Roma, Barcelona y Madrid, donde finalmente comenzó a elaborar su tesis doctoral. Allí, precisamente, en la Universidad Complutense de Madrid, iniciaría su brillante labor como docente.
Tras un paréntesis de unos seis años en la parroquia de Alcantarilla, de donde siempre conservó muchos recuerdos y anécdotas que llenaban de alegría su conversación, volvió a la Universidad. Se incorporó a la Facultad de Teología de Granada. Colaboró también con la Universidad Pontificia de Salamanca, ejerciendo el cargo de director académico de la Casa de Santiago (Instituto Español Bíblico y Arqueológico) en Jerusalén, centro por el que siempre tuvo un especial cariño y que actualmente atesora gran parte de su biblioteca personal. Fue en el año 1987 cuando se unió al Departamento de Estudios Semíticos de la Universidad de Granada, donde obtuvo la Cátedra en el año 1992. Allí permaneció hasta su jubilación en el año 2003.
Volvió entonces a su pueblo, San Pedro del Pinatar, junto a su familia y a su gente. Pero en ningún momento abandonó su actividad. Conferencias, intervenciones en congresos y seminarios, publicaciones, etc., siguieron formando parte de su rutina cotidiana. Publicó su último libro en el año 2022, pero siguió escribiendo y transmitiendo hasta hace apenas unos meses; sobre su mesa de trabajo quedaron múltiples anotaciones, borradores de homilías y recopilaciones.
Miguel siempre contagiaba entusiasmo y lograba que sus colegas se sumaran a nuevos y estimulantes proyectos académicos. Gracias a esto, contó con la colaboración de compañeros y compañeras en la colección editorial que creó y dirigió, Biblioteca Midrásica (de la Editorial Verbo Divino). En esta prestigiosa serie, que forma parte de las bibliotecas especializadas más importantes del mundo, se han publicado obras fundamentales de la literatura rabínica. Entre ellas una obra de referencia, imprescindible para el estudio del hebreo rabínico, La lengua de los sabios. Morfosintaxis, de la que es autor. Su pasión por esta parcela del saber fue clave para que los estudios rabínicos se consolidaran como una de las áreas de especialización en nuestro país.
Su capacidad y energía para poner en marcha nuevas actividades lo llevaron, como presidente de la Asociación Española de Estudios Hebreos y Judíos, a impulsar una cita anual entre sus miembros, las Jornadas de la Asociación, que siguen siendo un punto de encuentro para colegas, amigas y amigos, nuevos y viejos. Quizás estas reuniones, donde conocimiento y afecto, intelecto y corazón, se unen con especial fuerza, sean una de las mejores muestras de la personalidad de Miguel.
Miguel Pérez Fernández fue sobre todo un maestro. Su carácter afable y su excelencia docente lo convirtieron en un profesor destacado, modélico y admirado. Sin duda su actividad investigadora es un referente en el ámbito de los estudios hebreos, pero era la docencia su mayor vocación académica, como a veces le gustaba recordar. Su entusiasmo en el aula y su capacidad para inspirar y apasionar dejó huella en todas y todos sus estudiantes a lo largo de los años.
Nos deja un vasto legado -estudios, traducciones y manuales- de los que se seguirán haciendo eco las generaciones de hebraístas. Pero, además, nos deja un recuerdo inmenso, acorde a un inmenso ser humano. Miguel siempre disfrutó pensando, elucubrando, escribiendo y transmitiendo, pero también comiendo, charlando y riendo.
Nos despedimos de un sabio, un maestro y, sobre todo, un referente en la academia y en la vida. Su sabiduría, su entusiasmo, su generosidad y su carácter afable son su legado.
«¿Quién es el sabio? El que de todos aprende» (Abot 4,1).
Descanse en paz.
Olga Ruiz Morell
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